cuando tumbas mis silencios.
Hoy los vientos no salieron a revolotear
porque el trueno quema dentro
y aquí hay fuegos que apagar.
Caminante de paseos,
los deseos no se tocan
sino aprendes a volar.
Salté alto y me caí
y, directo a la palestra
con la orquesta de Caín,
me bailé todos los ruidos
que cantabas en abril.
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