Soñé como quién sueña con los ojos cerrados.
Retenido entre lo abstracto y lo intangible, sucedía algo tan humano, tan lógico, tan...para lo qué no estaré preparado. Seguí explorando sufrimientos y lloré como quién siente cuando le sucede algo. Entonces desperté sin más y, desarmando de lágrimas mi tez, transcribí lo que en verdad no me pasaba.