Te lo pido por favor y, si hace falta, de rodillas.
En la distancia estruja mi mano e impide a tus alas alzar el vuelo,
Ángel de tierra; Ángel de cielo;
Lucero de lana; te quiero.
No traigas a ti el ancho invierno
y llena de canto este crudo silencio mordaz,
que tiñe este mal rato de negro.