jueves, 8 de diciembre de 2016

Vendaval

De esos ratos en que el viento no te hace levitar
y el aire te zarandea.
Marinero de alta mar, que no entiende de tormentas,
no me tapes las estrellas
que ahora yo no sé brillar.

Son mis pasos que se enfangan en la arena,
son los ríos que no dejo de empapar.
Barrizales entre zarzas y canela,
salgo a flote porque hay que respirar.

Si mis manos estrangulan mi presencia
y mi esencia se convierte en alquitrán,
La solución está clara:
Me desato, cojo aire y me empeño en avanzar.


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